Muy tristes iban andando
dos hombres, a paso lento,
caminito de Emaús.
Tristes se iban lamentando
dos hombres, a paso lento,
caminito de Emaús.
Tristes se iban lamentando
de la muerte de Jesús,
de todo lo acontecido que
en sus estrechos cerebros
no encontraba explicación;
sacerdotes envidiosos,
pérfidos gobernadores
que habían enviado a la Cruz
al sabio profeta, aquel
que iba a librar Israel;
de aquellas buenas mujeres
que, a la salida del sol,
cuando iban a ungir su cuerpo
vieron el sepulcro abierto,
¡vacío!, y a dos ángeles al lado
anunciando a Jesús resucitado...
de aquellas buenas mujeres
que, a la salida del sol,
cuando iban a ungir su cuerpo
vieron el sepulcro abierto,
¡vacío!, y a dos ángeles al lado
anunciando a Jesús resucitado...
un hombre se les unió,
-- ¿sobre qué vais discutiendo? --
un hombre cuyas palabras
les llenaba corazón,
mas no lo reconocieron,
¿cómo podían ser tan ciegos?
mas no lo reconocieron,
¿cómo podían ser tan ciegos?
Al llegar a su destino,
el caminante divino
dijo que seguía adelante
pero ellos, llenos de ardor,
lo invitaron a quedarse,
a cenar en el mesón.
Una vez que partió el pan
lo bendijo junto al vino,
se lo dio, y fue entonces
cuando sus ojos se abrieron.
Desapareció ante ellos...
Desapareció ante ellos...
De vuelta a Jerusalén,
alborozados, gozosos,
contaron lo sucedido
a los once que encontraron
allí con otros reunidos.
- ¡Es cierto! ¡Resucitó!
¡Jesús comió con nosotros
¡Jesús comió con nosotros
Dios sale siempre al encuentro
en medio de nuestras penas,
pero cerramos los ojos,
los oídos, el corazón;
no sentimos su presencia
hasta que una luz, inmensa,
nos desvela su apariencia
y nos llena de fulgor.
- ¡No te vayas!
Sólo en Tí encontramos paz,
fuente de vida, verdad.
Quédate con nosotros...
2 comentarios:
El pasaje bíblico "Camino a Emaús" es uno de los más hermosos (Evangelio según San Lucas). No sólo por Jesús resucitado, sino también porque nos habla de su compañía y su presencia: amor incondicional.
Doña Eñe, tus hermosos versos recogen muy bien todas las emociones humanas presentes cuando, como estos caminantes, nos sentimos solos. También cómo la cercanía de Jesús "arde" en el corazón.
Querida amiga, tus versos me han emocionado
Un gran abrazo!
Hola, amiga.
Agradezco una vez más tu emocionado comentario.
Un abrazo.
:)
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