(Escrito el día de mi honomástica: Domingo de la Santísima Trinidad)
Si Dios no me lleva al Cielo
cuando me muera,
no debo quejarme, no,
pues ya lo tuve en la Tierra.
¿Qué mayor belleza
que alimentar nuestras almas
de sabia naturaleza?
El suave verdor del valle,
las largas trenzas de hiedra,
el canto limpio del agua,
esa infinita arboleda...
Si Dios premia aquí a los que ama
con sufrimientos y penas,
no debe quererme mucho
cuando de gozos me llena.
¿Qué mayor tesoro
que preferir el brillo del rocío
al destello del oro?
Amaneceres soñados
que puedo soñar despierta,
aroma de enamorados
entre susurros de siesta.
Si Dios me muestra su Amor
en el que ahora me rodea,
no debo pedirle más
sino rendirme a su entrega.
¿Qué mayor contento
que emborracharse de lluvia
al conjuro del viento?
Dulces trinos vespertinos,
ecos de voces eternas,
rimas en piedra labradas
con el cincel de un poeta.
Si Dios me lo ha dado todo
sin que yo se lo pidiera,
¿no debo entregarme toda
a su voluntad primera?
¿Qué mayor fortuna
que dormirme en abrazos
empapados de luna?
Caminar con pies descalzos
acariciando la hierba,
con los pasos de mi amor
siguiendo mi misma senda.
Si un día Dios me dejara
abandonada, indefensa,
¿podría entonces pedirle
que llamara ya a mi puerta?
¿Qué mayor riqueza
que no desear nada
pues sobra hasta la pobreza?
Si un día Dios me dejara
abandonada, indefensa,
¿podría entonces pedirle
que llamara ya a mi puerta?
¿Qué mayor riqueza
que no desear nada
pues sobra hasta la pobreza?
Si Dios ya me ha dado el Cielo,
5 comentarios:
¡Felicidades,amiga! Dice nuestro rico refranero que: "ser agradecido es de ser bien nacido".
Tu eres rica en muchas cosas bellas y sabes agradecerlo. Eso dice mucho de tu persona.
¡Oh, qué preciosos versos, querida!
Los he leído más de una vez para enterarme bien de las cosas tan bonitas que dices.
Un abrazo y que la dicha te acompañe en tu honomástica y siempre.
Querida amiga, bellísimos versos!
Cuánta devoción y sensibilidad!
Pocas veces tomamos conciencia de los tesoros que poseemos; uno de ellos es nuestra normalidad, la serena quietud del espíritu que encuentra su centro en su Dios. El gozo en la base de nuestras emociones, ayudándonos a sortear con optimismo los obstáculos en el camino; y ese hilo conductor que es la fe, que nos mantiene unidos al Padre y nos conduce a la otra acera.
Un gran abrazo y ¡Felicidades en tu honomástica!
Estoy de acuerdo con Edelia.
Tú, Doña Eñe, posees una gran riqueza en cosas bellas, y una gran generosidad para compartirlas.
Me siento afortunada de que me consideres tu amiga.
> Edelia
Agradezco de corazón tu felicitación, amiga.
Estaba más optimista que en mi poema anterior, ¿verdad?
Me alegro de que disfrutaras con su lectura.
Un abrazo.
:)
<> Clarissa
La afortunada soy yo de contar con vuestra hermosa amistad.
Muchas gracias por la felicitación.
Un abrazo.
:)
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